El tabaco llegó a España a bordo del viaje de vuelta de la primera misión de Cristóbal Colón a América. En noviembre de 1492 los expedicionarios se encontraron en las Islas Bahamas por primera vez con el tabaco, fue en la isla de Guanahani, bautizada por Cristóbal Colón con el nombre de San Salvador. Vieron a nativos con rollos de hojas secas de palma y maíz con tabaco dentro y que desprendían una peculiar fragancia.
El marinero llamado Rodrigo de Jerez, que viajaba en la nao Santa María, fue uno de los tripulantes que durante el viaje de regreso a España adquirió el hábito de fumar, pese a que echar humo por la boca era considerado cosa del demonio. La Inquisición le juzgó y condenó por brujería. Fue liberado siete años después, cuando la costumbre de fumar se había extendido y ya no era algo satánico.
En 1632 se instauró el estanco del tabaco en España.
Fue a mediados del siglo XVI cuando comenzaron las grandes plantaciones de tabaco, sobre todo en la zona de Toledo conocida como “Los Cigarrales” por la gran cantidad de cigarras que había en este lugar, nombre del cual parece que derivó la palabra “cigarro”
A principios del siglo XVI se establecieron las primeras industrias de manufacturas de tabaco en la ciudad de Sevilla, las primeras de toda Europa.5 Antes el tabaco debía de ser traído desde Cuba y Santo Domingo en polvo. Una vez levantada la factoría sevillana, la hoja de tabaco llegaba íntegra para ser tratada en la fábrica. Fue esta fábrica, la que monopolizó la fabricación de todo el tabaco en España.
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