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| Foto de Elisa Sampelayo |
De aquel alto campanario, sólo recuerdo,
la escalera de tramos
de madera y piedra,
que te lleva a lo más
alto,
su eco lastimero de
su llanto;
embotaba los oídos
con su bronce.
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Sutil como la brisa
perfumada,
que cubre los rostros
de niños,
dejando nuestras
almas tocadas,
y el recuerdo sano a
un protagonismo.
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De aquel viejo
campanario siembra,
su olor a aire seco y
a barrios viejos,
al verdor de la
rambla, que lo cuida,
y los suspiros
eternos se quedan,
al son de las
campanas; en las vidas..Texto de Alfredo Rodriguez
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