Imagen cedida por Vicente Corral
Vicente sabe bien lo que es abandonar la casa propia y hacer las maletas, sin ganas y sin tener claro cuando tendrá que volver a hacer el equipaje. Dejar la casa de toda tu vida es como arrancarte el alma a trozos, tortura imposible de soportar, ni de superar aunque un día te vuelvas a ver ocupando una cama y comiendo en una mesa que en nada se parece a la que dejó en su vivienda de toda la vida, en su hogar, en los Baños de Zújar.
Su historia se quedó en un Negratín desolado, incapaz de anegar el paraíso donde se ubicaron la romanas termas y un fastuoso hotel-balneario.
Corría el año 1982 y alli en los Baños de Zújar se la oía sollozar mientras apagaba las velas y guardaba en un hatillo los pocos bienes que habria de llevarse al nuevo hogar, que la gente del pueblo le estaba preparando. ELLA tenía que marcharse, como todos pero su dolor no era causado por la incertidumbre de cual seria su destino, cuanfo el Embalse del Negratin ocultase bajo sus aguas toda una vida milenaria
El dolor de LA PURÍSIMA era abandonar a su gente, era dejar de darles el Consuelo que los hombres y mujeres de los BAÑOS buscaban en ELLA cuando acudían a rezarle, porque muchos como VICENTE Y DOLORES tendrian que dejar su pueblo natal en busca de mejor suerte.
Por eso hoy tras muchos años La Purisima sigue ocupando un lugar de honor en el corazón de miles de zujareños que tivieron que abandonar una tierra y a la Imagen Sagrada que iluminaba sus vidas.
NOTA : Damos ls gracias a la familia Corral de la Torre por ceder esta fotografía y hacernos depositarios se sus emociones.
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