Los pozos del Mazaile, por Estanis Fernández

Los pozos del Mazaile. 

 Acababa de terminar la guerra civil.Dolores,aquella mañana

 rociaba la puerta mirando al suelo, una vez que vació la cubeta cuando se disponía a coger la escoba para barrer la plazoleta, le vino a la cabeza lo soñado aquella

 noche,antes de que se le olvidara se sentó en un pequeño banco de piedras y yeso que tenia al lado de la puerta,así entre luces y sombras empezó a recordar. En ese sueño se describía como en un aza de su propiedad en un sitio llamado El Mazaile se encontraba un tesoro escondido, pero para acceder a el habría que hacer un pozo,pues este estaba muy profundo, al medio día esta se lo contó a su marido, este al oír el relato no le dio importancia incluso le comento la tontería que había soñado,diciéndole a esta que en aquel lugar solo había terrones pues aquello era un secanal y solo se criaba algo si el otoño y el invierno eran generosos en agua. Los dos hijos mayores oyeron la conversación de sus padres y le recriminaron la indiferencia al hombre. Estos convencidos de lo que su madre les contó podía ser verdad y después de pedirle permiso a su padre, acompañados de esta fueron al lugar donde se había desarrollado aquel sueño,la mujer no estaba muy segura del sitio exacto por lo que sus hijos optaron por abrir dos pozos en diferentes sitios.Aquel verano era muy tórrido pero los hijos con el afán de encontrar aquello, solo paraban para beber agua y comer lo poco que tenían pues eran tiempos de posguerra y el hambre en muchas familias era una constante. Pasaron los días y después de unas semanas picando en el fondo de un pozo apareció una tinaja cuando el muchacho la rompió esta estaba repleta de collares, pulseras, brazaletes y monedas de oro el joven loco de alegría al verse rico no pensó en compartirlo, escondió como pudo aquello y aquella misma noche se marcho con el tesoro encontrado. El hermano desolado al darse cuenta de lo que hizo su hermano mas joven pensó que el también encontraría otro tesoro pues rara era la vez que no aparecía algún hueso suelto cuando picaba,Siguió cavando mas y mas asta tal punto que era tanta la profundidad de aquel pozo que las paredes empezaban a desprenderse por la humedad que en el interior había. Era tanto el peligro que se avecinaba que el joven desistió y una tarde agotado dándose por vencido dejo de picar y regreso a su casa. Aquella misma noche mientras dormía un vecino le despertó diciéndole que por el pozo que este había abierto brotaba un buen chorro de agua. A la mañana siguiente cuando este bajo vio como toda la finca estaba anegada de agua,aconsejado por su madre este construyo una balsa y todo el aza la sembró de verduras las cuales empezó a vender en los mercados y las tiendas, con el dinero que iba ganando fue comprando los terrenos aledaños así amplio la cosecha de mas verduras, arboles frutales olivos y viñas, tanto agrando su propiedad que con el paso del tiempo se convirtió en un hombre adinerado. Pasaron los años, un día mientras paseaba con su caballo por la finca un hombre se le acercó para pedirle un mendrugo de pan, cuando este se lo dio los dos se quedaron mirándose, el hombre bajándose de su caballo abrazo al mendigo no sin antes decirle porque este abandono a su familia movido por la avaricia y se marcho a dilapidar el tesoro que encontró una noche en un pozo del Mazaile. Estanis Fernandez.