sábado, 25 de mayo de 2019

Un listín telefónico con motes 1ª parte : ¿nos reconocemos mejor así?

EL PATRIMONIO DE LOS MOTES O APODOS : Un lenguaje popular que no se debe extinguir  en esta entrada publicamos algunas de las primeras hojas.









Esta hoja finaliza con Lola la de Miguel de la Huerta. En siguiente publicación continuamos . y SI TE INTERESA SABER MÁS  SOBRE LOS APODOS SIGUE LEYENDO  LO QUÉ SE DICE DE LOS APODOS O MOTES EN LA BIBLIOTECA VIRTUAL MIGUEL DE CERVANTES : 
El diccionario de Julio Casares lo define como «nombre que suele darse a una persona, tomado de sus defectos personales o de alguna otra circunstancia». Este mismo autor considera como palabras sinónimas de apodo: apodamiento, alias, mal nombre, mote, sobrehúsa, nombre postizo, seudónimo.

El diccionario Espasa señala que procede de la palabra latina appositum, «aditamento», «epíteto», que, a su vez, proviene de apponere, «aplicar», «añadir». Procedencia que pone de relieve ese carácter de algo añadido, de algo superpuesto, no principal.

Corominas, sin embargo, defiende que apodo es un derivado de apodar, también procedente de una palabra latina tardía, pero en ese caso es apputare, derivado de putare, poder , poner en limpio, calcular, evaluar». La palabra apodar antiguamente se utilizaba con el sentido de calcular, estimar, tasar, imaginar, comparar, y actualmente ha pasado a significar «poner o decir apodos».

La definición más pragmática la encontramos en el diccionario de María Moliner: «Mote. Sobrenombre aplicado a veces a una persona, entre gente ordinaria y, muy frecuentemente, en los pueblos, donde se transmite de padres a hijos.»

El estudio de los apodos corresponde a la Gnomatología, o tratado del origen de los nombres propios personales y de lugar e historia de sus variaciones; es una de las partes más interesantes en la investigación histórico-lingüística de un país. Se llama también Onomástica, o arte de la explicación de los nombres.

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