domingo, 23 de octubre de 2022

CALLE EN HONOR AL CURA D. ANTONIO

 VÍDEO GRABADO Y CEDIDO A MIRADAS AL AYER POR MANUEL GONZÁLEZ CASTAÑO

Se procedía el día 21 de octubre  de 2022 a la inauguración de una calle dedicada al que fue cura párroco de Zújar D. Antonio González Ruíz.

 La iniciativa, que partía de la parroquia de Zújar, fue muy bien recibida por el Ayuntamiento que accedió a dar nombre a este entrañable rincón conocido como “callejón de la Iglesia” y lugar donde vivió este sacerdote durante los 27 años en los que fue pastor eclesiástico de Zújar.







Dentro de los actos celebrados en la visita pastoral que a Zújar ha realizado el Obispo de la
Diócesis Guadix-Baza, D. Francisco Jesús Orozco Mengíbar , se procedía el dia 21 de octubre a la
inauguración de una calle dedicada al que fue cura párroco de Zújar D. Antonio González Ruíz.

La iniciativa, que partía de la parroquia de Zújar, fue muy bien recibida por el Ayuntamiento que
accedió a dar nombre a este entrañable rincón conocido como “callejón de la Iglesia” y lugar
donde vivió este sacerdote durante los 27 años en los que fue pastor eclesiástico de Zújar.

Al acto, cuya placa conmemorativa descubría el Sr. Obispo, estuvieron presentes el alcalde D.
Salvador Moreno y sus concejales David Sánchez y Raquel Maldonado, así como el cura párroco de
Zújar, Valeriano Miguel Plaza y algunos de los sobrinos del homenajeado.

Se iniciaba con la lectura de un escrito redactado por el historiador local D. Francisco Arredondo
en el que se resaltaba la figura de este entrañable y querido sacerdote que estuvo al frente de la
parroquia desde 1920 a 1947.
Promotor de la coronación pontificia de la imagen de la Virgen de la Cabeza en 1926, su vida
estuvo llena de virtudes, especialmente la de la caridad para con sus parroquianos y vecinos,
entregando todo cuanto tuvo y pudo a los necesitados.
Pasó en esta parroquia los convulsos años de la Guerra Civil, presenciando y sufriendo los
desastres de los que su iglesia y enseres fueron objeto.
Solo el respeto y cariño que Zújar sentía por él salvaba su vida, pero aún así, padeció burlas y
mofas que pasada la contienda supo perdonar a quienes se las realizaron.

Su virtud le ayudó a superar esos desastres, reponiendo el templo y proponiendo iniciativas de
reposición de imágenes entre ellas, la actual de la Virgen de la Cabeza.
Fallecía en Zújar el 18 de octubre de 1947 en absoluta pobreza, pues entregaba todo cuanto
poseía, y hubo que hacer una colecta popular para sufragar su sepelio.

Sin duda Zújar, ha sabido honrar como se merece a este insigne religioso, que supo esparcir
semillas de fe y ejemplo de vida entre sus pobladores.

 Texto de Emilio Montero

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